Tomar una taza caliente de chocolate puede ser algo tan cotidiano o normal que tal vez no nos detenemos a pensar en todo el proceso que llevó tener ese delicioso producto para que nuestro paladar lo disfrutara, desde la siembra del cacao, su recolección y trasformación para que llegara a la mesa de nuestra casa.
El chocolate, que según varias investigaciones es originario de américa, era una bebida divina y de culto para los mayas, quienes ya conocían el secreto de extracción del cacao para convertirlo en chocolate, para luego pasar este conocimiento a los aztecas y de éstos últimos pasarlo a los primeros colonos de américa, quienes lo llevaron a Europa para posteriormente darlo a conocer por todo el globo terráqueo.
En las primeras preparaciones de esta bebida de dioses se molían las pepas de cacao hasta convertirlas en polvo y se les añadían maíz u otras semillas, luego esta preparación se mezclaba con agua hasta que hiciera espuma, esto indicaba que ya estaba lista para beber. En el siglo XVII los nobles invitaban a sus casas y servían el chocolate caliente como merienda y lo acompañaban con dulces, tortas y bizcochos para mojar.
Hoy el chocolate tiene diferentes complementos para acompañar su sabor, lo vemos con azúcar, con vainilla, con clavos y canela, y otros más complementos, y ni hablar de sus preparaciones desde dulces hasta helados, y de sus presentaciones como la cocoa natural en polvo, en barras, tabletas o en cucharitas listas para preparar chocolate caliente.
Estas cucharitas de chocolate se han vuelto muy tradicionales en las diferentes tiendas europeas de las ciudades que tiene tradición chocolatera como Bruselas, Brujas, Paris, Praga y otros más, se encuentran vitrinas con diversos sabores del chocolate o con complementos como masmelos, trocitos de galletas y hasta licores como ron, brandi y amareto; Lo cierto es que hoy en día se tienen muchas opciones para disfrutar esta bebida de dioses y si se trata de poderla tomar en cualquier sitio y momento pues la cosa se pone fácil con estas cucharitas para chocolate caliente, basta con calentar una taza de agua o leche caliente para luego añadir la cucharita y revolver continuamente hasta que se disuelva y ya está, una rica taza de Chocolate caliente.